El término psicópata se utiliza actualmente para describir un conjunto de características psicológicas, interpersonales y neurofisiológicas que lo describen como una forma de ser, no padecen ningún tipo de trastorno y son conscientes de sus actos. Sin embargo, consideramos que es importante conocer los subtipos según Robert Hare, quien propuso un esquema útil para definirlos: primario, secundario y neurótico o disocial.
Psicópatas primarios: Son psicópatas perfectos, casi profesionales, no son neuróticos, ni psicóticos ni perturbados emocionalmente. No son explosivos, ni violentos ni exageradamente destructivos, aunque sin duda podrían serlo. Son seres muy controlados. Poseen mucho encanto superficial, suelen parecer muy atractivos, con autoestima desmesurada, egocentrismo con rasgos narcisistas. Tienden al engaño y a la manipulación social para conseguir sus objetivos, no sienten remordimiento ni empatía, cuando pierden el control se tornan impulsivos sin sopesar las consecuencias, actúan sin temor, no tienen memoria emocional y no temen al castigo.
Psicópatas secundarios: Son neuróticos con tendencia a la culpa. Su desequilibrio les produce desasosiego y angustia. Sufren grandes crisis antes y después de los actos violentos que no pueden controlar. No soportan el aburrimiento, cambian continuamente de actividad, nada les satisface. Precisan de sensaciones cada vez más fuertes que les haga aumentar la adrenalina, por eso son compulsivos. Son muy impulsivos e impacientes: no dejan pasar mucho tiempo entre víctima y víctima. Emplean la violencia reactiva para mostrar su poder y dominación. Son irritables con tendencia depresiva y fuertes cambios de humor.
Psicópatas disociales o antisociales: Manifiestan comportamientos agresivos y antisociales que aprendieron de la subcultura dónde se desenvuelven, como pandillas, grupos terroristas o familias violentas. Sólo se preocupan de sí mismos, pero sin éxito ya que fallan en concentración y memoria. Son muy cobardes y la paranoia extrema marca sus crímenes. Son explosivos: responden violentamente con mucha facilidad, son coléricos e irritables.
Cabe destacar, que es difícil distinguirlos ya que entre ellos existen muchas similitudes y comportamientos, por lo que Hare propuso el Test PCLR para evaluar los subtipos y la tendencia a los actos criminales y violentos, por lo que sugiere no encasillarlos en solo un tipo de psicopatía. Por lo que muchas veces veremos diagnósticos de psicópatas narcisistas o con visión narcisista debido a su egocentrismo. Incluso otros trastornos como TAP con Trastorno límite y parafilias.
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